Así como mis vacaciones, mis esfuerzos, mi humor, mis ganas, mis desvelos y mis desmañanadas.
Lo puse en la esquinita. Y ahí está, con su única ramita, en su macetita morada. Ojalá no se me seque. Tengo tanto que hacer que igual se me olvida regarlo. O se contagia de estrés y se muere. O extraña el vaporcito del baño y se seca. Como una metáfora de mi estancia en esa oficina.
1 comment:
O mai god, ésta me pegó en el corazoncito..
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