En la obscuridad no me da miedo, en el azul titila el mar, en los dientes se notan las arrugas, en tu voz descubrí la soledad.
Los viejos se cansan de estar parados, los payasos se quitan la nariz, las cenizas son de cielo, el dulce en el hombro se acaricia.
Acércate tú, dímelo durmiendo, bajo las sombras de las palmeras, no ha pasado tanto tiempo.